Intercambio con Leiria 2014
Por Antonio Rodríguez Muñoz
Para todos los que hemos participado este año en la semana
de intercambio realizado entre la Universidad de Mayores de la UEX y el
Programa IPL 60 + del Instituto Politécnico de Leiria en Portugal entre los
días 13 y 18 de mayo, ha sido una experiencia maravillosa que formará ya parte
de los recuerdos más memorables de
nuestras vidas. No estamos exagerando en absoluto al emplear el adjetivo de memorable
porque ha sido para todos nosotros una verdadera y fantástica sorpresa cuya
memoria nos acompañará siempre hasta el final de nuestros días. No sólo porque
hayamos visitado una preciosa ciudad, o
por haber estado en unos lugares de ensueño, sino por la muestra de cariño sincero
y excelente trato que hemos recibido por
parte de todos los alumnos del grupo IPL 60 + que nos acompañaron y estuvieron
pendientes de nosotros en cada momento durante todos los días de nuestra
estancia en Leiria.
No vamos a nombrar a todos y cada uno de ellos; sirva el
nombre de José Júlio que es quien los
representa a todos, como el más puro ejemplo de hombre afectuoso y cordial. Miguel Caballero lo llamaba “nuestro ángel custodio” y le
cuadraba bien porque fue como un padre amantísimo para nosotros. Se preocupaba
siempre en el modo más natural porque nos sintiéramos felices; nos refirió
durante los paseos por la ciudad de Leiria
esas pequeñas historias locales que
conforman el espíritu y el alma de una ciudad; nos llevó a visitar
algunas de las “tasquinhas” que él frecuenta con los amigos, lugares sencillos
y entrañables donde siempre nos encontramos a gusto. Fuimos a ver “O Castelo”
que es el emblema de la ciudad; recorrimos “La Rota de un Crimen” que es el escenario por donde tuvo lugar la
historia del “Crimen del Padre Amaro” novelada por Eça de Queiroz. José Júlio nos dio amenas explicaciones referentes
al Padre Amaro, quien tuvo que haber sido un cura tan canallesco, que riete tú
de Jack el Destripador. Recorrimos las
orillas idílicas del río Lis; nos llevó a cenar a una caseta de la feria; comió
con nosotros en el comedor del Instituto todos los días; nos agasajó con unos
vinos extraordinarios, y todo ello aparte de los acontecimientos culturales que
tuvieron lugar en el propio Instituto Politécnico de Leiria en nuestro honor. No
podíamos haber estado acompañados por gente más cariñosa; todos ellos personas sencillas cultas y
amables. Nosotros no podíamos hacer otra cosa por ellos, que invitarlos a cenar
para agradecerles tantas atenciones, y quisiéramos corresponderles en la misma
medida cuando vuelvan a visitarnos en
Badajoz.
Al día siguiente de nuestra llegada, hicimos una visita a
Peniche para visitar la “Escola Superior de Turismo e Tecgnologia do Mar” Allí
nos mostraron un magnífico laboratorio donde existe un cultivo de especies marinas para
la investigación relativa a la cría de peces en granjas marinas de tierra
firme. Posteriormente por la tarde después de tomar café frente a “A Nau dos
Corbos” imponente formación rocosa que emerge del mar como una inmensa mole, fuimos a ver el pueblo medieval de
Óbidos con su precioso recinto amurallado y su magnífico castillo de aspecto
normando conquistado por el primer rey de Portugal D. Alfonso Henriques en 1148
y reformado posteriormente por D. Dinis.
En este bonito pueblo después de admirar sus palacios y tiendas de artesanía nos metimos en un pequeño y acogedor establecimiento a degustar su producto estrella, “o licor de ginja” que nos gustó a todos, y allí con nuestros amigos portugueses, entre charlas, chistes y canciones, transcurrieron momentos felices. Después de cenar al aire libre con lo que llevábamos en el autobús iniciamos el viaje de vuelta a Leiria felices y satisfechos por tan esplendoroso día. José Antonio de la sede de Plasencia nos cantó por el camino con su magnífica voz canciones de siempre, y Vitor el becario del grupo de Leiria nos deleitó con unos aires portugueses.
Es necesario hacer mención de Luisa Pimentel, la directora
del programa IPL 60 + Esta exquisita dama a quien ya conocíamos por haber
estado con nosotros cuando acompañó al grupo en su visita a Badajoz en abril de este año, es
además de directora del Programa, profesora del Instituto Politécnico de
Leiria. Estuvo haciendo de introductora en las charlas y coloquios que nos impartieron
en el propio Instituto. Al final de un coloquio denominado “Envelhecendo y Aprendendo” tuvo lugar una
sesión de poesía por parte del grupo del programa IPL 60 + a la que
espontáneamente correspondió nuestro grupo con el recital de dos poemas: uno
recitado por José Manuel de 5º curso de la sede de Badajoz, y otro recitado por Alejandro de la
sede de Zafra, dichos con tanta expresividad, que a algunos se nos saltaron las
lágrimas. Doña Luisa Pimentel, nos acompañó el viernes 16 a cenar en un magnífico
restaurante donde después de los postres y antes del baile, le hicimos un
pequeño homenaje entregándole un magnífico ramo de flores con un pequeño
discurso a cargo de Miguel Caballero en muestra de nuestro cariño y
agradecimiento por todo lo que hizo por nosotros. En este acontecimiento también fue homenajeado José
Julio con un pequeño regalo y unas
palabras de afecto, dichas también por nuestro amigo Miguel Caballero.
El sábado día 17 fuimos a comer con José Julio y los demás compañeros
portugueses a un restaurante a las afueras de Leiria. El ambiente de
fraternidad que tuvimos en aquel acogedor establecimiento, fue entrañable y
maravilloso; era el preludio de la despedida que iba a tener lugar al día
siguiente, y allí después de comer, se cantaron canciones portuguesas y
extremeñas, y los dueños del establecimiento nos invitaron a tomar copas de
licor.
El domingo 18 teníamos que salir a las 10,30 de la mañana
para la finca “Heredade Mata Rural” en Santarém donde habíamos sido invitados a
comer para después salir de allí a las 15,00 de regreso a Badajoz. Hubo un
malentendido con la empresa de autobuses que, aunque en un principio se había
acordado en que vinieran a recogernos al hotel a las 15,00, posteriormente se cambió por las 10’30
para que nos diera tiempo a ir a comer a la finca. Al final ellos entendieron
que la hora de recogida en el hotel, eran las 15,00. Al quedarnos sin autobús,
nuestros amigos portugueses resolvieron ir a buscar sus coches y en ellos nos fuimos
todos a comer. Diego gudiño estuvo muy preocupado y atareado por todo esto y
tuvo que “pagar el pato” volviendo a Leiria para indicarle al conductor del
autobús el camino a la finca en Santarém donde tenia que recogernos para volver
a casa.
Comimos invitados por la familia propietaria de la hacienda.
Después, algunos de nosotros fuimos acompañados por el propietario Sr. Luis a
recorrer parte de las tierras que las tenía dedicadas a la cría de vacuno para
carne y al cultivo de olivos para la producción de aceite. Él por el camino nos
decía que nos tenía reservada una sorpresa
para el final del recorrido, y la
sorpresa resultó ser un imponente olivo milenario con un tronco de proporciones
gigantescas, cuya fotografía ilustra este artículo.
Sobre las 17,00 horas, después de despedirnos con nostalgia de
todos ellos y de darle las gracias efusivamente al Sr. Luis por su amable
hospitalidad, salimos para Badajoz pasando primero por Plasencia para dejar
allí a los compañeros de aquella sede que habían venido con nosotros.
Bien. La impresión predominante en la mayoría del grupo es
la de que no conocíamos bien del todo a nuestros hermanos de Portugal. Ahora
después de esta experiencia tenemos una noción más precisa de cómo son. En
ellos vemos esas cualidades puramente humanas como son la humildad, la amistad,
la hospitalidad, la sencillez, y el amor que cuando las descubrimos en otros,
nos asalta la sospecha de que nosotros las estamos perdiendo. Nos hemos traído prendidos
y bien sujetos entre los pliegues de nuestras almas, una preciosa lección de
amor aprendida que vale más que ninguna otra. No podremos olvidar ya nunca esa
enseñanza, y en nuestros corazones habrá ya para siempre un rincón reservado
para ellos. ¡VIVA PORTUGAL!
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