ALUMNOS PORTUGUESES DE LA UMEX EJERCIERON DE ANFITRIONES
UN RECORRIDO POR ELVAS,
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
La estación
de tren, con su colección de azulejos, y el Cementerio de los
Ingleses, donde descansan los soldados ingleses, aliados por la independencia peninsular, forman parte del tesoro monumental de la ciudad fronteriza
Por Antonia Marcelo*
Vista de Elvas desde la subida a al Cementerio de los Ingleses.
Las ciudades de Badajoz
(España) y Elvas ( Portugal) están unidas por los fuertes lazos
de su historia en común, pero ha sido la ciudad portuguesa la que ha
conseguido que la UNESCO reconozca sus méritos.
Vivir en Badajoz y no
conocer Elvas no tendría perdón. Prácticamente desde la mayoría
de las casas de la ciudad, si se encuentran en zona alta, se puede
ver la ciudad portuguesa asentada sobre su colina. Cualquier pacense
puede degustar su exquisita cocina y disfrutar de la amabilidad de
sus habitantes. La relación de las dos ciudades es tan amplia que
muchos pueden presumir de tener familias comunes y, desde que se
eliminaron las fronteras dentro de la Unión Europea, las relaciones
son aún más estrechas. Las distancias se han acortado por medio de
una mejor comunicación por autopista, la moneda única y el libre
comercio.
Con nuestro guía, Joaquín Luján, hicimos a pie el recorrido Badajoz-Elvas
Sin embargo, esta gran
ciudad y la historia que nos une es prácticamente desconocida por
la mayoría de la población de la Raya. Y si
sólo nos separan unos pocos minutos, necesitamos muchos días para
conocerla bien. Pasado el 'boom' que en otro tiempo nos invadía de
comprar multitud de artículos traídos de las antiguas colonias de
ultramar, es posible que nos dediquemos a conocer mejor a nuestros
amables vecinos y a mejorar nuestras relaciones.
En la estación María Manuel (anfitriona), Mª José Alba, Aníbal Franco(anfitrión), Carmen Amador, Fátima Fernández de Tejada,
Pepa Díaz Mansilla, Joaquín Luján y Nieves Amador
Es por ello que un grupo
de la Universidad de Mayores de Extremadura UMEX), teniendo como
anfitriones a María Manuel Guerra y Aníbal Franco, matrimonio
elvense y alumnos de tercer curso, ha visitado, en primer lugar, la
estación de ferrocarril, hoy abandonada, donde se puede admirar una
gran colección de azulejos típicos portugueses, representando
múltiples escenas de la ciudad, sus monumentos y costumbres,
perfectamente conservados a pesar del evidente abandono de la
estación. Un cartel indica, a pesar de ello, que por tratarse de un
proyecto “SOS Azulejos”, la sustracción o vandalismo sería
perseguido criminalmente. No había rastro de que en mucho tiempo
hubiera circulado un solo tren por sus vías. Las puertas de acceso
-cerradas-, a lo que otro día fueran oficinas ferroviarias y
pintadas de azul, resaltan sobre el blanco de sus paredes. Completa
el mobiliario unas jardineras, el reloj y un imaginario jefe de
estación deambulando por un pulcro andén esperando a dar la orden de
salida.
Puerta exterior de San Vicente y representación de Rui de Mello, antiguo gobernador de la ciudad
A la parte alta de la
ciudad se accede por la Puerta de Badajoz o de San Vicente. Como nos
contaba María Manuel, les servía para defenderse de los españoles
en las sucesivas guerras que nos han enfrentado, motivadas siempre
por el deseo de unificación por parte de los diferentes reyes
peninsulares que nos gobernaban.
La red de fortificaciones abaluartadas es común en toda la Raya hispano-portuguesa
Subiendo por la amplia
calzada izquierda de la muralla -es aconsejable detenerse, para saciar la curiosidad, en las dos
letrinas al aire libre-, el paisaje de la Elvas abaluartada es
espectacular: casas blancas, torres de magníficas iglesias casi
siempre decoradas por el típico mármol de la zona y que da un color
especial a la ciudad. Desde la ladera que se orienta a Badajoz hay
una amplia vista a la vega de olivares y tierra cultivada, una
magnifica muralla y foso bien conservado, calles estrechas y
empinadas que nos llevan a una zona que en otro tiempo fueran casas
militares en la Rua dos Cuartéis.
Cementerio de los Ingleses y mirador a Badajoz
En las murallas de la
fortaleza y en el espacio público del Baluarte de S. João de
Corujeiro, se encuentra el Cementerio de los Ingleses, uno de los
más antiguos camposantos militares británicos que existen, con
grandes árboles, antiguas lápidas de mármol con inscripciones de
los nombres de portugueses y británicos muertos en la Batalla de La
Albuera el 16 de Mayo de 1811, entre las fuerzas aliadas españolas y
anglo-portuguesas contra el Imperio Francés.
Cerca de 11.OOO soldados
de las fuerzas aliadas, británicos, españoles, alemanes y
portugueses, cayeron en estas batallas. Hay otra lápida
conmemorativa del 200 aniversario, que dice que fueron 60.000 los
soldados y oficiales muertos por la libertad e independencia
peninsular entre 1808 y 1814.
Espacio muy bien
conservado, con carteles informativos en inglés, español y
portugués y que es mantenido por los Amigos del Cementerio de los
Ingleses, donde dice Thomas Campanela:Vivir en los corazones que dejamos atrás no es morir.
*Alumna de 5ºUMEX
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