POEMAS
PARA UN TORERO
El
poeta Fernando Garduño Maya dedica dos poemas al torero Israel
Lancho, antes de su salida para la temporada de invierno a Perú.
|
El torero Israel Lancho, a la izquierda, y el poeta Fernando Garduño Maya |
*Por Antonia Marcelo
Con gran expectación por parte del público asistente, en
la sede que la Sociedad Casino de Badajoz tiene en la C/ Ramón
Albarrán nº 14, tuvo lugar el pasado 21 de noviembre una jornada de poemas con olor a albero. Fue con motivo de los recitales de los Poetas del Jueves, que reúne a escritores, pintores, fotógrafos y a cuantos se
consideren artistas en cualquier de las ramas de las arte.
|
Salón del Casino de Badajoz donde se celebran los recitales 'Poetas del Jueves' |
El
poeta Fernando Garduño Maya, nacido en Segura de León (Badajoz), de
reconocido prestigio y miembro de diversas asociaciones culturales,
tuvo la gentileza de invitar al recital a su buen amigo y torero
Israel Lancho, a quien dedicó, con cariño y emocionada voz, unos
sentidos poemas. Israel estuvo amable con todo el público que
asistió al recital y no dejó de fotografiarse con cuantos quisieron
plasmar un recuerdo con el. Sin dudarlo, además de torero valiente,
es un joven elegante y simpático. A los pocos días se marcharía a
Perú para hacer su temporada de invierno donde deseamos tenga grandes éxitos.
|
Israel Lancho y Fernando Garduño con las poetas Tony Cerrato y Caridad Jiménez |
Es
conocido que el torero extremeño sufrió el 27 de Mayo de 2009 una grave
cogida con entrada y salida en el hemitorax izquierdo, de la que
tardaría tres meses en recuperarse. Fue en la plaza de Las Ventas y cuando lidiaba al sexto de la tarde. Las espeluznantes imágenes del
diestro colgado del pitón derecho del toro fueron de gran impacto y dieron la vuelta al mundo. Reapareció en
Almendralejo con traje de Francis Montesinos gris y azabache el 15
de agosto, apenas mes y medio después. Cortó 4 orejas y un rabo y obtuvo el premio Luis Reina.
Dos de los poemas que Fernando Garduño dedicó
al torero son estos.
I
(en Madrid)
La
tarde impresiona sobre el albero sus claveles,
dilapida
sus luces el sol en los bordados;
en
el brocal del pozo húmedo de sangre
el
sexto toro de Palha se envalentona hiriente
y,
buscando en el aire el corazón del hombre,
hiende
en el pecho el astifino puñal de su bravura
pero
encuentra la hechura de junco del torero
y
la gesta impresionante de las gloriosas tardes.
Cuando
Israel Lancho se vio morir
aún
era primavera en los balcones.
II
(en Almendralejo)
Hornea
la tahona de la tarde bocados de grandeza
y,
en la cepa de los viñedos, estercola el duende del barro
que
tintará los gratos matices del vino de esta plaza
a
donde viene Israel Lancho a cerrar heridas,
por
donde camina con paso firme y vestido de gris azabache.
No hay comentarios:
Publicar un comentario