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El escritor pacense Jesús Carrasco, autor de la novela 'Intemperie', una de las últimas sensaciones literarias |
JESÚS CARRASCO: ‘INTEMPERIE’ ES UN FRESCO SOBRE LA DIGNIDAD”
El escritor, nacido en Badajoz
hace 41 años, está revolucionando el panorama literario con su primera
novela, vendida a 13 países
“Cuando escribo una historia sé como empieza y cómo acaba. En medio dejo a los personajes vivir”
“El texto de la novela ha de sonarme bien leído en voz alta. Tiene que ser parecido a una respiración”
"Cuando construía el paisaje de
‘Intemperie’ no estaba pensando particularmente en Extremadura, pero es
una posible ubicación de la novela"
Por Antonio Medina Díaz*
Y
de pronto… llega ‘Intemperie’, una novela que está revolucionando el
panorama literario español; una novela que, incluso antes de salir
publicada en España por Seix Barral, sus derechos fueron vendidos en la
última Feria de Frankfurt a editoriales de 13 países; una novela que,
con poco más de 200 páginas y tres personajes, tiene el aliento de un
clásico: ‘Pedro Páramo’, ‘Cien años de soledad’, el mejor Delibes, el
mejor Cela... Son palabras mayores, pero son palabras que ya comparten
los miles de lectores que, solo en nuestro país y en pocos meses, han
hecho que la novela vaya por la octava edición. ‘Intemperie’ es un
relato duro, salpicado de momentos de gran lirismo donde la presencia de
una naturaleza inclemente hilvana toda la trama y en la que la dignidad
del ser humano brota del paisaje seco y polvoriento con una fuerza
inusitada. ‘Intemperie’ es todo eso y más y aún guarda otra sorpresa: su
autor, Jesús Carrasco, es extremeño y ahora vive en Sevilla. Nació en
Badajoz en 1972 y pasó parte de su infancia en Olivenza. Extremadura
está en el lenguaje de la novela y en el paisaje de la obra, dotado de
una fuerza protagonista que al aparecer sin referencias de lugares,
nombres y tiempo permite al lector centrarse exclusivamente en los
hechos. Carrasco será el pregonero, el próximo viernes día 10, de la Feria del Libro de Badajoz.
¿Qué es ‘Intemperie’? ¿Una tragedia clásica? ¿Una lucha entre la violencia y el mal? ¿El triunfo de la dignidad?
Todas
las lecturas que apunta son, desde luego, lecturas posibles. Si debo
elegir una, me quedo con la última, pero alterada. Más que un triunfo de
la dignidad, creo que es un fresco sobre la dignidad.
¿Cómo
es su proceso de creación? ¿Parte de una idea previa y la empieza a
escribir cuando ya la tiene bien elaborada o se va haciendo sobre la
marcha?
Comparto
la idea de Auster cuando dice que sabe cómo comienza y termina una
obra, y que el espacio blanco que hay entre medias, se llena dejando a
los personajes vivir. Parto, generalmente, de una intuición. Mi trabajo,
a priori, consiste en acotar el espacio donde esa intuición ha de tomar
una forma.
Uno
tiene la impresión de que el texto de su novela se construye sobre un
lenguaje que no es literario, el que se encuentra leyendo, sino vivido,
el que se respira en la casa, la familia, en el sitio en que se vive y
se aprende a hablar. ¿Es así?
El
lenguaje de la novela es en parte natural y en parte buscado. En
cualquier caso, busco mi propia cadencia a la hora de construir el
texto. Ha de sonarme bien cuando lo leo en voz alta, independientemente
de que tenga o no resonancias literarias. Ha de ser algo parecido a la
respiración.
No
hay nombres ni fechas, solo “el niño”, el “cabrero”, el “alguacil”. ¿Ha
eliminado todo lo demás para que estos personajes lleguen al lector más
intensamente?
En
parte sí. Lo simbólico, por definición, tiende a concentrar significado
y a intensificar su presencia. Despojando a los personajes de sus
atributos particulares, lo que nos queda son arquetipos capaces, por un
lado, de tener una mayor presencia y, al mismo tiempo, de encontrar a
una mayor cantidad de receptores dispuestos a acogerlos.
Al
lector extremeño no le resulta difícil identificarse con el paisaje,
con la desolación del campo, de las ruinas, de las edificaciones; por
supuesto, también con el lenguaje. Aunque se le ha relacionado con el
mundo de Delibes, parecería como si estuviese pensando en Extremadura
mientras escribía la novela. ¿Es cierto?
Aunque los paisajes de Intemperie
existen en la realidad, no estaba pensando particularmente en
Extremadura. A pesar de que los haya desdibujado, necesitaba esas
imágenes para construir la obra y tiré del escenario que, por
circunstancias de la vida, me quedaba más a mano. Pero lo cierto es que
ese paisaje aspira a ser ibérico, así que Extremadura, por supuesto, es
una ubicación posible para la novela.
En algunas entrevistas confiesa que le ha sorprendido el éxito de ‘Intemperie’. ¿Por qué? ¿Cree que su novela no lo merece?
El
éxito, en ocasiones, no se corresponde sólo con el merecimiento. Yo he
hecho mi trabajo lo mejor posible, pero si no me hubiera cruzado en el
camino con la que ahora es mi editora, el lugar que en este momento
ocupa el libro no sería el mismo. Para mí, que lo he visto nacer, el
libro sigue siendo el mismo texto que había en aquel montón de folios
que era el manuscrito.
¿Escribe poesía? Hay párrafos de ‘Intemperie’ con un gran aliento lírico…
No
escribo poesía, pero la leo. El aliento lírico al que ser refiere,
tiene que ver, en mi caso, con la mirada. La belleza está delante de
nosotros, pero necesitamos entrenar la mirada para que sea capaz de
percibirla. Yo hago todo lo posible por mantener mi mirada en forma.
¿Teme que la repercusión internacional de ‘Intemperie’ trastoque sus planes de escritor?
Mis
planes de escritor, antes de esa repercusión internacional, eran seguir
escribiendo a salto de mata mientras trabajaba de cualquier otra cosa.
El "trastorno" al que alude, me va a permitir estar algún tiempo
dedicado solo a la escritura.
¿Cuándo podremos ver en las librerías la novela que está escribiendo ahora?
No
tengo ni la menor idea. Todavía tengo mucho trabajo por delante para
llevar la obra a término. Cuando la concluya, mi editorial tendrá que
encontrar el momento más propicio para publicarla. Si sumamos esos dos
inciertos plazos, es imposible saber cuándo llegará esa futura novela a
las librerías.
*Antonio Medina Díaz es director de AULA MAGNA, la revista de la Universidad de Mayores de Extremadura