Descripción


Presentación de la revista digital de la Universidad de Mayores

Esta es la versión digital de la revista Aula Magna, una publicación que aprovecha las virtudes de las nuevas tecnologías –la inmediatez, el aumento de la capacidad, la continua renovación de contenidos… las posibilidades, en suma, de un formato no sujeto a las limitaciones del papel--, pero mantiene el mismo espíritu que ha animado a la revista Aula Magna desde sus inicios, hace una década: servir de vehículo de informaciones, de conocimientos, de contraste de pareceres, de la Universidad de Mayores de Extremadura (UMEX).

La versión digital de Aula Magna es una especie de plaza pública en la que será visible lo que merezca celebrarse o discutirse, lo que merezca conocerse más allá del aula, lo que importe a los integrantes de la UMEX tanto en su condición de estudiantes y como de ciudadanos, porque Aula Magna pretende reflejar la realidad de la UMEX, desde conferencias a lecciones magistrales; desde acontecimientos culturales, divulgativos o de ocio a crónicas de viajes de estudios, y de acoger cuantos asuntos sean de interés para los alumnos.

Cada persona matriculada en la Universidad de Mayores está llamada a participar en la elaboración de la revista digital. Todo el mundo puede aportar su experiencia, sus conocimientos y también sus críticas para difundir, con la mayor riqueza de contenidos posible, la realidad de la UMEX.

Los interesados en aportar ideas, elaborar contenidos, reflejar experiencias, pueden contactar con:

Antonio Tinoco: atinocoardila@gmail.com
Antonio Medina: casacastillo1@telefonica.net
Antonia Marcelo: a.marcelo.garcia@hotmail.es
José Manuel Cordero Paniagua: jomacorpa@hotmail.com
Ramón Brito: rabrigo@hotmail.com
Andrés Sánchez Maján: asmajan51@gmail.com
Antonio Rodríguez Muñoz: rodmunnio@hotmail.com
Antonia Gómez Serrano: pilargs57@gmail.com

miércoles, 16 de abril de 2014

Santa Lucía del trampal: arte visigótico en Extremadura

Basílica de Santa Lucía del trampal de Alcuéscar: un ejemplo de arte visigótico en Extremadura

Por Antonio Rodríguez Muñoz

Hacia el final del Imperio Romano, diferentes pueblos de origen germano se establecieron en sus dominios de la zona europea como tropas para la defensa de las fronteras contra los invasores bárbaros. Fueron distribuyéndose por Italia, Las Galias y España. Los más romanizados de estos pueblos, procedentes de los territorios al Norte del río Nieper, eran los godos, quienes al  final de la decadencia de Roma y a pesar de haber sido bárbaros estaban tan civilizados como los propios romanos. Eran tan perfectos ciudadanos del Imperio que solo los diferenciaba de los otros romanos su religión: el cristianismo arriano, una variante herética de la fe cristiana mayoritaria en todo el Imperio.

Uno de estos pueblos recién llegados, los godos, acabaron pronto echando de Hispania a los otros pueblos, los suevos y los vándalos, estableciéndose como nuevos amos en todo el territorio una vez desaparecido para siempre el poder de Roma. Como una oleada de turistas rubios y pelirrojos, se habían enamorado del país que semejaba para ellos el paraíso: un sitio maravilloso donde vivir lejos de los fríos del brumoso Norte. Cuentan que todo les maravillaba, sobre todo el clima y las frutas; de estas, los higos –una novedad para ellos- los encontraban deliciosos y los volvían locos. Establecieron la capital en Toledo y aquí se quedaron.

La identidad del pueblo godo tiene para nosotros connotaciones bélicas, nos parecen haber sido gentes de hechuras formidables, de aspecto fiero y belicoso, y costumbres atroces por cómo se sucedían los reyes en el Trono, muchas veces de forma violenta (de los 34 reyes de la célebre lista, diez murieron de modo sangriento, algunos a manos de sus propios allegados). Pero nos dejaron también el testimonio de sus obras, y por ellas podemos deducir que eran a la vez que violentos hombres sensibles de gustos exquisitos y almas nobles, como el rey Recesvinto, San Isidoro de Sevilla, San Leandro o nuestra querida figura histórica el obispo San Atón y muchos otros.
 
En el Museo Arqueológico de Badajoz y también en Mérida, podemos admirar las Piedras Góticas, una serie de estelas, frisos, fustes de columnas, etc. maravillosamente labrados; restos de obras que desgraciadamente no han llegado enteras hasta nosotros. Pero a propósito de la región extremeña milagrosamente ha perdurado hasta nuestros días una obra maravillosa: la Basílica de Santa Lucía del Trampal en Alcuéscar. Este templo visigótico es el único existente en toda la mitad sur de la península. Se considera edificado sobre restos de otro templo de origen pagano por haberse encontrado en sus cimientos, en las excavaciones previas a su reconstrucción, piedras con inscripciones romanas.

Bajo sus arcos existieron en otro tiempo columnas, impostas, frisos, estelas y capiteles de mármol con trabajos de talla que ornamentaban el templo, hoy desaparecidas, y que debieron haber sido expoliadas en épocas pretéritas para la construcción de casas particulares. La existencia de esta iglesia había sido conocida desde siempre por toda la gente de las cercanías por haber sido además lugar de romería de los lunes de Pascua hasta los primeros años del siglo XX y es insólito que no fuese advertida por alguien con discernimiento que se percatara de su importancia hasta 1980. Desde ese momento, las autoridades se han preocupado por su recuperación empezando por declararla Bien de Interés Cultural; deteniendo así su deterioro y  comenzando su recuperación. Hay que agradecer que aunque mutilada, haya llegado hasta nosotros, y debemos procurar su total recuperación con todo el interés y los medios a nuestro alcance, entregando esa delicada tarea a personas de claro entendimiento y criterio  artístico para terminar de recomponer esa preciosidad cuyo rescate tenemos la sagrada obligación de legar a nuestros sucesores en las mejores condiciones.
La Basílica de Santa Lucía del Trampal, en Alcuéscar, es el único templo conservado del periodo godo en el sur de la Península Ibércia

 Cronológicamente la construcción de la basílica de Santa Lucía del Trampal hay que datarla en el siglo VII, igual que las otras cinco o seis construcciones visigóticas de este tipo que permanecen en pie en la mitad norte de España. Todas ellas situadas en lugares de difícil acceso, apartadas de los caminos más transitados y lejos de las zonas de influencia islámica, lo que facilitó su conservación. La mayoría eran iglesias o pequeños monasterios sin reglas monacales. No había patrones comunes para su construcción, lo que hace que sean tan distintas, así que podemos decir que la de Santa Lucía es única en la Península Ibérica y por consiguiente en el mundo.

Para los amantes de estas cosas, es oportuno decir que Santa Lucía del trampal en Alcuescar, es un lugar digno de ser visitado. Allí se puede admirar esta obra única y magnífica sin tener que viajar lejos, pues está a tan sólo treinta kilómetros de Mérida, lo que nos puede llevar poco tiempo alcanzar desde cualquier punto de Extremadura. Otro asunto de interés para los que quieran a la vez pasar un buen día si deciden ir, es lo interesante de la gastronomía de la zona, como también la de la cercana Montánchez y sus interesantes vinos de cosechas propias.

martes, 1 de abril de 2014

PUERTAS ABIERTAS EN LA MEZQUITA


JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS EN LA MEZQUITA DE BADAJOZ

Los alumnos de AUMEX convivieron con la comunidad musulmana



                                                Los alumnos a su llegada a la puerta de la Mezquita
Por Antonia Marcelo*


Una agradable jornada de convivencia con la comunidad musulmana de Badajoz es lo que vivieron los alumnos de 1º y 5º de UMEX, acompañados del profesor de Sociología Fernando González Pozuelo.
A nuestra llega a la Mezquita que tienen en la calle Gurugú, fuimos recibidos por el Imán Adel Najjar, Presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Extremadura, por su compañero y ayudante Juer y por algunos vecinos que se sumaron al encuentro.


                       El profesor Pozuelo introduce a los alumnos en los principios del Islamismo en compañía de Imán Adel Najjar

En primer lugar, el profesor Pozuelo se dirigió a los presentes para informar sobre la religión musulmana, alejar algunos tópicos y acercarnos a la comunidad más numerosa que tenemos en España, 1.600.000, mayor aún que la sudamericana, explicando además, los cinco principios fundamentales de su religión.

                                                      El grupo de socios de la AUMEX, con algunos vecinos del Gurugú que los acompañaron


El Imán Adel Najjar dijo que esta visita es el resultado de un trabajo que llevan ejerciendo en Extremadura más de veinte años, que si ellos rezan también tienen que ser capaces de conseguir la convivencia con sus vecinos. "Como ejemplo es esta visita que nos honra", dijo,  añadiendo que el objetivo de su comunidad "es ofrecer el fruto islámico a los demás. Si yo hago mis oraciones, cuelgo mi mochila y me aislo, no soy un buen musulmán. Tenemos que aportar una buena imagen de convivencia, no es únicamente cumplir con las oraciones, tenemos que estar implicados con la gente con nuestro comportamiento porque el mensaje del profeta es el trabajo, es la convivencia, piensen o no como nosotros".

El Imán recordó que el islam no es extraño al cristianismo, al que le unen los mismos principios, siendo para ellos Jesús un pilar fundamental. "Nosotros no ofendemos nunca el nombre de Jesús y María (Mirian para nosotros), ella está por encima de todas las mujeres", precisó. 
Adel Najjar, que se definió como 'un imán de barrio' y que contó que llegó a Badajoz en 1987 y que aquí se formó, terminó diciendo que la comunidad musulmana de Badajoz quiere formar parte de la sociedad pacense. En este sentido, van a ser partícipes de los actos del milenario de la fundación de la ciudad. 
                                                                              Juer, ayudante del Imán realiza la "llamada a la oración"

A continuación Juer hizo la “llamada a la oración”, similar a las campanadas en la iglesia católica, que empieza mirando hacia la Meca con palabras de alabanza a su Dios.
                                        Momento de convivencia entre la comunidad musulmana y dos alumnas de la UMEX

Después pudimos compartir un té preparado de forma típica musulmana con unos pasteles y una agradable conversación donde nos informaron cómo era su convivencia con los pacenses y su vida diaria, su trabajo y cómo compatibilizan el cumplimiento de sus preceptos y su gran reto, el deseo de“levantar el primer cementerio musulmán extremeño”