Descripción


Presentación de la revista digital de la Universidad de Mayores

Esta es la versión digital de la revista Aula Magna, una publicación que aprovecha las virtudes de las nuevas tecnologías –la inmediatez, el aumento de la capacidad, la continua renovación de contenidos… las posibilidades, en suma, de un formato no sujeto a las limitaciones del papel--, pero mantiene el mismo espíritu que ha animado a la revista Aula Magna desde sus inicios, hace una década: servir de vehículo de informaciones, de conocimientos, de contraste de pareceres, de la Universidad de Mayores de Extremadura (UMEX).

La versión digital de Aula Magna es una especie de plaza pública en la que será visible lo que merezca celebrarse o discutirse, lo que merezca conocerse más allá del aula, lo que importe a los integrantes de la UMEX tanto en su condición de estudiantes y como de ciudadanos, porque Aula Magna pretende reflejar la realidad de la UMEX, desde conferencias a lecciones magistrales; desde acontecimientos culturales, divulgativos o de ocio a crónicas de viajes de estudios, y de acoger cuantos asuntos sean de interés para los alumnos.

Cada persona matriculada en la Universidad de Mayores está llamada a participar en la elaboración de la revista digital. Todo el mundo puede aportar su experiencia, sus conocimientos y también sus críticas para difundir, con la mayor riqueza de contenidos posible, la realidad de la UMEX.

Los interesados en aportar ideas, elaborar contenidos, reflejar experiencias, pueden contactar con:

Antonio Tinoco: atinocoardila@gmail.com
Antonio Medina: casacastillo1@telefonica.net
Antonia Marcelo: a.marcelo.garcia@hotmail.es
José Manuel Cordero Paniagua: jomacorpa@hotmail.com
Ramón Brito: rabrigo@hotmail.com
Andrés Sánchez Maján: asmajan51@gmail.com
Antonio Rodríguez Muñoz: rodmunnio@hotmail.com
Antonia Gómez Serrano: pilargs57@gmail.com

lunes, 16 de diciembre de 2013

CRÓNICAS VIAJERAS: OPORTO



CRÓNICAS VIAJERAS

Oporto, regalo del Duero

El río es el origen de todo lo que tiene valor en la capital del norte de Portugal: sus vinos, de fama internacional; su tesoro monumental, declarado Patrimonio de la Humanidad; y su turismo y gastronomía

*Por Antonio Medina

El corazón de Oporto late en el agua. El río Duero no sólo divide  la ciudad en dos sino también y sobre todo la llena de belleza y vitalidad. Los “tripeiros” como le dicen a los habitantes de la ciudad por su afición a las “tripas” dicen que es el  más bonito del mundo. Y el más romántico. Lo cierto es que el Duero y sus riberas son un regalo.

A un lado se encuentra Ribeira, un barrio que justifica en cada esquina su categoría de “Patrimonio de la Humanidad”, hecho de fachadas de colores, callejones encantadores y un constante flujo de viandantes. En la otra orilla se alza Vila Nova de Gaia, meca de las bodegas de Oporto. En ambos lados, turistas y locales comparten mesas y paseos sin prisas. Es como si el estrés no hubiera llegado hasta aquí todavía. Muchos se detienen a mirar el paisaje, dominado por el impresionante puente Don Luis I que fue levantado en 1885 por un discípulo de Gustave Eiffel.

El  gran arco central de este puente es un monumento a la construcción en hierro. Mide 172 metros de largo y tiene dos pisos; el superior es exclusivo para peatones y para el Metro. Para llegar hay que bajar desde la plaza Batalha o tomar el funicular que está a sus pies. Vale la pena cruzarlo, porque la vista que ofrece sobre todo el río es espectacular.

Muchos prefieren conocer el Duero navegándolo, haciendo el viaje con las compañías apostadas en sus riberas que ofrecen travesías en “rabelos”, barcos usados tradicionalmente para transportar el vino a lo largo del río. Los circuitos más cortos duran 55 minutos, pasan por debajo de los seis puentes de la ciudad y cuestan diez euros. Algunos incluyen catas en su bodega.

La Ribeira es además un buen lugar para comer y beber. Especialmente de noche, cuando todo está iluminado. Como en casi todo Portugal, el pescado y los mariscos figuran en todas las cartas de los restaurantes.

Tendría sentido visitar Oporto sólo por sus vinos. Las mejores bodegas miran al Duero, y para hacer un recorrido es recomendable acercarse a Vinología, en la rua de Sao Joao, en plena Ribeira. Vinología es un bar subterráneo que tiene más de 200 clases de vino para catar. Otra buena opción es el Solar do Vinho de Porto, en la rua Entre Quintas, cerca del palacio de Cristal, ya que además de distintos tipos de oporto, tiene creaciones especiales como el Portónico, mezcla de vino blanco y agua tónica.

En el lado de Vila Nova de Gaia, los bares se suceden. Basta con acceder a alguno y comenzar por el oporto blanco y continuar con los tonos rosados, el del sabor afrutado del ruby (tinto dorado) y terminar con cualquiera de la gama de denominación de origen. Hay oportos blancos y tintos, de envejecimiento en madera o en botella, de añada o sin añada. En la zona hay más de 60 bodegas.

Es de destacar que muchas bodegas llevan nombres ingleses. Según me dijeron tiene una explicación histórica. En el siglo XVII, Inglaterra se encontraba en guerra con Francia y se decidió por buscar los vinos que tanto consumían en las tierras de sus aliados portugueses. Pero se encontraron con un problema: se avinagraban durante el largo transporte.  Lo solucionaron agregándole brandy para interrumpir el proceso de fermentación de la uva, conservando el dulzor natural de la fruta. Así nació el oporto que conocemos hoy.

En todo caso, los placeres del vino y la historia no terminan en la ciudad, sino que continúan  valle arriba: en el  Duero Alto –Patrimonio de la Humanidad desde 2001- se encuentran algunas de las viñas más antiguas del mundo. Con un paisaje lleno de belleza, la ruta del vino puede representar una escapada llena de alicientes. Pinhao, Tua, Pocinho son algunos lugares dignos de visitar por carretera o  en cruceros que duran desde una hora hasta dos días. Los viñedos están abiertos al público y hermosas posadas tradicionales se suman a la cata y a  los alojamientos con vistas al Duero.

Oporto es una ciudad empinada sobre cerros. A primera vista parece deteriorada por algunas zonas. Numerosos edificios están abandonados. Pero no hay que dejarse engañar. La ciudad es una joya cultural y las autoridades, a pesar de las restricciones económicas y la dura crisis que soporta el país,  están empeñadas en un proyecto  de recuperación.

El edificio emblemático es la Casa de la Música que es un icono de modernidad que alberga la sede de tres orquestas.

El Museo de Arte Contemporáneo está ubicado en el exclusivo barrio de Boa Vista en las afueras de Oporto al que se puede llegar con el autobús 207.Hay decenas de iglesias, pero ninguna como la de San Francisco en la plaza de don Henrique construida en el siglo XIV. Por fuera parece una austera iglesia gótica, pero por dentro despliega una de las obras barrocas más importantes de Portugal. En el arte de los azulejos destacan las iglesias do Carmo, en la plaza Gomes Texeira y la  Capela de las Almas, en la rua Santa Catarina. y la estación de trenes de Sao Bento.

Otra razón importante para visitar Oporto es que muchos restaurantes  ofrecen menús asequibles. La Carta Andante -el equivalente al bono de transporte- cuesta 3,5 euros diarios e incluye metro, autobuses, tranvías y funicular.
Pero, nada es más barato que caminar y el centro es totalmente accesible. El único problema que tiene la ciudad, dada la cantidad de cerros, la caminata se puede volver agotadora.

*Antonio Medina es director de la revista Aula Magna



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